ATRÉVANSE A DESCUBRIR EL ISLAM

Nos gustaría aclarar en este artículo algunos puntos sobre el Islam, porque a menudo las creencias islámicas y la adhesión de los musulmanes al mismo aparecen frecuentemente distorsionadas en los medios de comunicación.

En primer lugar, el Islam no es meramente una religión en el sentido en que lo pueda ser el cristianismo. Es una visión del mundo completa, de modo que algunos pensadores islámicos hablan del Islam como ideología, que cubre los aspectos religiosos, espirituales, políticos, económicos, sociales, y culturales del ser humano.

Durante siglos el Islam se desplegó como civilización, uniendo a las personas independientemente de su raza, color u origen étnico.

Los musulmanes creemos que hay, por encima de las personas, una Verdad absoluta, y no actuamos basados en un “conocimiento imperfecto” como algunos creen. Esta Verdad no puede ser poseída, sino que debemos alcanzarla quitando de nuestro camino los escollos que nos impiden llegar a ella.

La razón exige que una de estas tres posibilidades sea la correcta: hay un Único Dios, hay varios dioses o no hay Dios. Creemos que únicamente una de estas tres posibilidades es la correcta. Este es el motivo de que los musulmanes no consideremos correctas todas las formas de pensar. A la vez que el Islam enseña que “No hay coacción en la práctica de Adoración” (Corán, 2:256), también enseña que la Verdad es distinta del error. El Corán, la Escritura revelada al último de los Profetas, Muhámmad (que no “Muhammad”), que las bendiciones y la paz de Dios sean con él, en varios versículos (aleyas) invita a la gente a razonar y analizar críticamente sus enseñanza, para que puedan comprobar que ese Libro es una Revelación, y que no ha sido compuesto por ningún hombre, porque Muhámmad, que Dios le bendiga y le dé paz, era analfabeto. De esta manera, la fe se construye sobre el intelecto y la razón, no sobre el sentimiento o la percepción individual. El primer medio para la creencia en Dios y en el Corán es la razón.

Citaremos otro versículo del Corán: “Y di: la Verdad procede de mi Señor; así pues el que quiera creer, que crea; y el que quiera negarse a creer, que no crea” (18:29), porque el hecho de que uno crea o no crea no beneficia o perjudica en nada al Creador del universo. La creencia es un beneficio para uno mismo. Esta creencia debe basarse en el conocimiento y las evidencias claras, no en la fe ciega, y además no puede contradecir la razón humana. Si fuera así, ¿por qué Dios iba a crear la religión y la razón de manera que se contradijeran mutuamente?

Uno se puede preguntar si realmente hay criterios a nuestra disposición a partir de los cuales juzgar las distintas pretensiones a la Verdad. Existen criterios. La vinculación intelectual con la religión debe preceder a la vinculación emocional. La razón, de hecho, es nuestro medio primario para alcanzar la Verdad. Cualquier sistema de creencias puede ser medido y examinado si consideramos su racionalidad, universalidad, aplicación en el tiempo, lugar y por gente de todos los colores y lenguas, y si una Escritura religiosa está libre de alteraciones e inconsistencias internas y externas. Hay inconsistencias internas cuando esa Escritura tiene contradicciones en su texto, e inconsistencias externas si contradice los hechos empíricos (no las teorías). Es imposible que Dios no conozca a Su creación o lo que crea. Dicho esto, hay que remarcar que los musulmanes creemos que el Creador y la creación son distintos. Nada se puede comparar a Dios, porque sino Dios sería una cosa. Los hombres no podemos conocer nada de Su esencia, dada Su Grandeza, sólo aquello que Él nos reveló de Si Mismo.

Los musulmanes creemos en el monoteismo puro (Tawhid) y rechazamos los puntos de vista de aquellos que dan características humanas de debilidad e imperfección a Dios, como la posibilidad que haya engendrado o haya sido engendrado.

También creemos que este mundo no se ha creado a si mismo, ni que vino de la nada, sino en cambio que es el producto de una Inteligencia, no del azar, porque es ilógico pensar que toda la armonía y complejidad del universo son fruto del azar. Tambien creemos en todos los Profetas de Dios, que incluyen a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhámmad, la paz sea sobre todos ellos. Creemos que todos llamaron a la misma religión, esto es, a la sumisión al Creador, Solo y sin copartícipe. Nuestra experiencia nos dice que unos pocos minutos de reflexión pueden llevarnos a persuadirnos de la verdad de la absoluta Unicidad de Dios, por lo que nos queda solo estudiar por qué la religión debe ser de naturaleza exclusivamente monoteista.

Uno de los mayores criterios para distinguir dos conceptos radicalmente distintos, la Verdad y el error, y que subrayamos, es la autenticidad de la Escritura religiosa. De hecho, los únicos que proclamamos tener una Escritura que viene directamente de Dios somos los musulmanes. Decimos esto porque, por ejemplo, los judíos y los cristianos tienen controversias sobre la autenticidad de sus libros. La mayoría de las religiones admite que sus libros fueron escritos por humanos. Si creemos en que hay una Verdad y un Dios, tenemos que creer que Dios quiere que hagamos unas cosas y que abandonemos otras.

Los musulmanes creemos que Dios se comunica con Su creación a través de Sus profetas. Dios no nos deja sin una revelación confiable. Así que, hay que tomar en cuenta la declaración de los musulmanes de tener el Libro sin alterar que contiene la Revelación divina. El Corán nos invita a razonar las cosas y no aceptar el seguimiento ciego a las tradiciones de nuestros antepasados. Os invitamos a la reflexión y la consideración de nuestras creencias.

Les invitamos al Islam. Usen su intelecto. Visiten cualquier mezquita, mándennos un e-mail. Atrévanse a descubrir la Luz del Islam.